lunes, 8 de octubre de 2012

Causalidades


    Los lectores aplicados que hayan leído el trabajo de "La Danza del Qi" que dio nacimiento a este blog, saben ya que la manera que tienen los chinos de abordar la realidad es muy diferente a la nuestra. Nosotros, representantes del saber racional, queremos encontrar el porqué de cada cosa que nos acontence, pero los orientales, cuyo conocimiento es básicamente intuitivo, no lo necesitan. Ellos consideran que todos los hechos forman una extensa unidad con una ley y un sentido, y piensan que las cosas no están subordinadas unas a otras, sino "colocadas" unas junto a otras formando un patrón según su posición en el Universo. Se comportan de manera "inevitable" influyéndose mutuamente por una especie de "resonancia" como si fueran los instrumentos de una orquesta. El Universo es un todo integral, una red de relaciones cuyos nudos son acontecimientos relacionados, en el que cada cosa solo se define por su función, y tiene sentido únicamente como parte de un patrón total.
      De todo ello podemos deducir que la CASUALIDAD no existe, idea que sí tienen incorporada muchas personas, entre las que me encuentro. Todo se mueve por "CAUSALIDADES", casi siempre sutiles y apenas percibidas, que forman parte del perfecto equilibro del Universo. 
 Un ejemplo de este pensamiento lo encontramos en el discurso que Steve Jobs dio en la Universidad de Stanford durante la apertura del curso de 2005, y que os recomiendo que escuchéis entero porque encierra enseñanzas muy hermosas. El no habla de de "causalidades", sino de "conectar los puntos", algo que no se puede hacer mirando hacia el futuro, sino solo echando la vista atrás. Mientras, dice él, hay que confiar en algo, "tu instinto, el destino, la vida, el karma" y esperar a que esos puntos se conecten más adelante.
  ¿Cuál es la enseñanza útil de todo esto?
  Hace poco he sido testigo en mi entorno de una serie de maravillosas "causalidades". He observado que es más fácil que éstas acontezcan cuando las personas están abiertas a los "milagros" de la Vida y son capaces de fluir con ella. Cada persona ha sido un regalo para la otra, y todas un regalo para el mundo.
 Pero la apertura a los milagros y el fluir tienen que ser una constante. Unos meses atrás se dieron una serie de circunstancias que me llevaron a hacer algo que me encantaba. Yo veía "claro" que todas aquellas "causalidades" que confluían en mí, se debían a que lo que hacía era lo que tenía que SER. Sin embargo la cosa no funcionó. Reconozco que me sentí "noqueada" por un tiempo y sin entender nada. Fue muy duro. Vi mi camino cortado. Pero al poco tiempo, fue apareciendo en el horizonte un panorama mucho mejor que aquél que yo veía tan claro. Y ahora estoy mucho más feliz con ello. Intento aprender de la experiencia y no me "instalo" en la situación, sino que estoy abierta a las nuevas "causalidades" que me lleven por los otros derroteros que la Vida tenga marcados para mí.



      Así que ya sabéis, aunque de vez en cuando un árbol obstruya nuestro camino, debemos continuar con la seguridad de que la Vida es amigable y que nos va a ir conduciendo al lugar adecuado, siempre que la escuchemos, estemos abiertos a las "causalidades" y no tengamos apego por ninguno de sus regalos, porque el siguiente, siempre será MEJOR.

viernes, 5 de octubre de 2012

Tú elijes


      Hace tiempo ya que llegué a la conclusión de que el estar bien es una elección. Cada vez que se lo he dicho a alguien la respuesta era "¡Sí, hombre! Lo dices porque tú no ..... tienes/vives/haces lo que yo", pero, con un poco de paciencia y mucho de pasión, conseguía demostrarles, cuando les contaba mi vida, que con las mismas circunstancias que tengo, podría haber sido terriblemente desdichada. 
     Cada vez estoy más convencida de que el "estar bien" es una elección y una decisión, y no un aspecto de nuestra vida que dependa de circunstancias externas, ya que siempre estaremos rodeados de suficientes motivos para ser inmensamente felices o inmensamente desgraciados.
      Pensemos durante un momento en todas las cosas que no tenemos... La lista seguro que es larga. Si decidimos "conformarnos" con nuestras posesiones y centrarnos en las personas que nos rodean.... ¿a cuántas de ellas cambiaríamos? Mejor no lo confesemos en voz alta. Y si reflexionamos sobre nosotros mismos ¿cuántas carencias nos encontramos? ¿cuántos defectos? ¿cuántas dolencias? Conclusión: tenemos suficientes motivos para ser desgraciados e infelices.
Pero cambiemos ahora el punto de vista. Pensemos en todas las cosas que tenemos... De muchas de ellas no seremos conscientes hasta que nos comparemos con otros menos afortunados. Demos un repaso a nuestras posesiones: ropa, libros, teléfono, ordenador, casa, coche, joyas, comida... Fijémonos luego las personas que nos rodean: familia, amigos, conocidos, vecinos... Y pensemos después en nosotros mismos: podemos ver, oír, hablar, pensar, respirar, andar.... Y llegamos a la misma conclusión: tenemos suficientes motivos para ser muy muy dichosos.
   ¿Cómo hacer entonces para "estar bien"? Es simple de expresar: decidiendo estar bien. Pero es difícil de realizar, ya que hay que ir eligiendo en cada momento la opción más positiva, y eso no es tan sencillo. Y no lo es, creo yo, porque aunque lo entendemos perdemos la perspectiva. Nos vemos inmersos en el problema y nos olvidamos de la elección. O la posponemos diciendo: "cuando resuelva esta situación, cuando pase el verano, cuando consiga esto..." entonces, elegiré estar bien. Y claro, la situación se perpetúa en el tiempo.
   AHORA es el momento, el mejor momento, bueno... realmente el ÚNICO momento para decidir cómo queremos andar el camino. Habrá quien prefiera solo ver las piedras, o lamentarse porque no hay calzada. Yo elijo respirar el aire puro, fundirme con los árboles y mirar el sol entre sus ramas. Yo elijo estar bien. ¿Y tú?